Queridos míos, no voy a ir este año a la Fiesta del Libro y la Cultura. Al menos, no por motivos comerciales. Ésta ya está teniendo lugar; pues comenzó la semana pasada (7 de septiembre) y dura hasta este domingo; pero la verdad, es que este año voy a comprar mis libros en Amazon.
(Aquí les dejo la programación de la Fiesta para este año)
Comprendo la dinámica que hay detrás de los “eventos de ciudad”, lo que la hace encomiable y respetable. Y sé que para muchas familias de Medellín es una oportunidad de recreación a un precio relativamente moderado: no cobran la entrada; pueden disfrutar del Jardín Botánico; lolean; se culturizan (más que yo, al menos); asisten a las actividades para niños y familias; a algunas conferencias (si coincide con la visita) y, si quieren, pueden comer chucherías de las que uno normalmente disfruta en diciembre (si acaso) en los alumbrados de Navidad. Pero lo más importante, es que el paseo no se les hace caro…si no compran libros.
Y ahí viene mi cuestionamiento a la Fiesta. La Alcaldía se esfuerza en crear todo un evento en torno a la lectura: traen escritores, actividades para niños, conciertos, conferencias…que no son gratuitas; alguien siempre paga la cuenta y, en este caso, la pagamos los contribuyentes de la ciudad. Así que hacen un evento en torno a la literatura y a la lectura como actividad, a ver si mejoran las tasas de lectura de Medellín (mejorando pero todavía en rojo) y del país; y que, de paso, nos arrastre hacia arriba los resultados de las pruebas PISA de comprensión lectora; que son vergonzosas… pero no se esfuerzan en que haya precios asequibles en la Fiesta del libro.
Esa es la primera barrera. En este país, los libros tienen un precio elitista. Y, aunque sé que existen espacios de lectura, y que hay librerías de segunda en la ciudad; las editoriales que van mantienen los precios al nivel de sus precios de librería. La gente se entusiasma con los hobbies si poderlos tener no les rasca el bolsillo.
Así que –en mi opinión, y a efectos comerciales- el apretuje de personas no amerita. Si voy a comprar un libro y me vale lo mismo, ¿en qué condiciones prefiero hacerlo: en el apretuje de la Fiesta o en la Nacional o Panamericana? Prefiero la segunda; donde no hay multitudes y puedo tomarme la molestia de leer con detenimiento las contraportadas, mientras discuto con el librero cuál me llevo.
Por lo tanto, este año no compraré libros en la Fiesta, sino en Amazon. Tienen una variedad inmensa de libros, tanto en títulos como en ediciones; algo en lo que los anglosajones nos llevan años luz. Los precios son más que asequibles; y puedo comprar en el mismo lugar de primera o segunda mano, según requiera mi presupuesto.
Es paradójico que encuentre todo esto en otro país; y que, por estos factores, termine prefiriendo una compañía extranjera que las librerías de mi ciudad. Las cosas, como pueden ver, están más que dadas para un cambio de paradigma.
Tienes toda la razón, ayer nada menos fui a la Panamericana a comprar libros de mandalas y no me vas a creer, había dos a $15.000, el resto, entre 25.000 y 70.000 Ö
¿Sí ves? Yo me sueño con que los libros sean baratos; o que haya un mercado más fluido. Pero si empezamos con que el papel es importado, y sujeto al vaivén del dólar…
esa es la parte triste y contradictoria
de la cultura.
Estoy de acuerdo. Personalmente, me encantaría ir a la Fiesta del Libro y salir casi que con un carro de mercado; pero es financieramente imposible.
Entiendo a la perfección lo que cuentas, la verdad es que en España un libro nuevo de tapa dura nunca baja de los 20 euros y suelen venderse por 22 (media estimada). Sin embargo mis experiencias en Amazon me han dejado más sinsabores que alegrías, cierto que he encontrado libros de primera mano a un precio muy asequible, pero también me han dado un par de disgustos difíciles de perdonar. Así que como dicen los ingleses “I am in two minds.”.
Saludos e interesante entrada!
Hasta le fecha, sólo he vivido la historia de amor. Por eso, lo recomiendo ciegamente…
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