Ayer vi con Rodri The Big Lebowski, la peli de los Hermanos Coen estrenada en 1998; que, con el paso del tiempo, de ha convertido en un film de culto y ha producido y reproducido el estereotipo romántico del tipo que no tiene un empleo claro ni un futuro definido en la sociedad y parece vivir encajado en un eterno presente lleno de pequeñas victorias y derrotas que constituyen, a la larga, el tapiz de su vida. Aquí, el trailer:
Pero, más allá de la película en sí misma -de la cual no daré mayores detalles porque spoileeeers- sentí, con posterioridad, que estaba como inmersa en un libro.
¡Sí, en un libro! Pero no en uno cualquiera. En una versión noventera de una trama de Bukowski.
Es real, la película en sí misma es como una versión actuada del universo del realismo sucio (ojo: no una adaptación, porque este es un guión original): personajes vulgares que viven en el límite de la sociedad, una trama urbana, la forma de contarla y de presentar a los personajes, la figura del narrador (y la caracterización de este personaje) en la película…
Fue una sensación muy extraña la de estar viendo -reflejada en la visión los directores- las palabras y el universo de un escritor. ¿Podríamos estar hablando de influencias?